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martes, 11 de noviembre de 2014

THE DELTA SAINTS        "Live At Exit/In"      2014

Una de las bandas más frescas y talentosas de la nueva hornada del blues y el country-rock. Estos jóvenes de Nashville son un huracán en directo, por eso no podían tardar en dejarlo patente en su primer "live", pese a que solo cuentan con un único álbum más un puñado de Ep´s. Grabado en el mítico local de su ciudad natal durante dos noches, es el fiel reflejo de la entrega y espontaneidad que les distingue. En sus inicios contaban con un harmonicista, músico que cambiaron por un teclista más adelante. Yo he tenido la fortuna de verlos con ambas formaciones, y si la primera fue un puñetazo en toda la cara, la segunda (un poco repuesto ya del impacto) lo que aporta es más color y matices, aunque no son pocos los que echan de menos el sonido sucio y a la vez puro de la armónica.
Pero los Delta Saints son mucho más que eso, por ejemplo la increíble voz de Ben Ringel, el feeling rockero y bluesy de la guitarra de Dylan Fitch o la simpatía y contundencia del bajista David Supica y el batería Ben Azzi. El otro "santo", el de las teclas, se llama Nate Kremer.
Un directo como debe ser, con intensidad que no pierden ni cuando se alargan en solos o jams. E interactuando con el público, sonando cercanos y joviales. Justo lo que son. Ellos mismos definen su música como "Bourbon-fueled-Bayou-rock".... y no hay más que añadir.
 
 
 
 
 
 
JOE BONAMASSA   "Different Shades Of Blue"   2014
 
No entiendo como este hombre puede tener detractores. Solo se me ocurren dos cosas, ignorancia y/o envidia. La carrera de Bonamassa es todo un ejemplo de buen hacer, versatilidad, buen gusto y calidad. Ya sea en solitario explorando su vena más blues, la soul junto a Beth Hart, la funky con Rock Candy Funk Party o la rockera en Black Country Communion, todo lo que hace lo hace bien. Inmaculado. Hay quien alude a la sobre-exposición para justificar cierto empalago. A mí en absoluto me ocurre, todo lo contrario, cuanto más (si es así de bueno), mejor. Hay otros colegas suyos (y ex-compañeros, por cierto) que además de sobre-exponerse tanto o más que Joe, lo hacen siempre de la misma forma, muy encasillados...... y nadie se le tira a la yugular.
"Different Shades Of Blue" incide en el lado más funk y bailongo del blues, merced a la "brass-band" que acompaña la mayoría de temas. Loas vientos le dan ese tono clásico que contrasta con los solos de guitarra marca de la casa. Otro aspecto destacable es la ganancia vocal de nuestro hombre, ya advertida progresivamente en sus últimas obras, y que aquí ratifica con un amplio registro muy enriquecedor. Los teclados y pianos también juegan un papel destacado.
 Lo de "bailongo" también vale para un baladón blues como "So, What Would I Do", solo que aquí lo que apetece es apretar bien a tu pareja. Precioso tema. El álbum comienza jugando al despiste, pues tanto la intro "Hey Baby" como "Oh Beautiful!" sugieren un disco rockero a lo Hendrix, pero en cuanto entran los vientos en "Love Ain´t A Love Song" le cambia la cara. Me gustan especialmente "Never Give All Your Heart" y el tema título por sus ricos matices, acústicos por ejemplo. Producción brillante (one more time) de Kevin Shirley. A ver si la gira le acerca por aquí, que se le espera.
 
 
 
 
 
 
JOHNNY WINTER      "Step Back"     2014
 
Disco póstumo del albino. Lo dejó grabado antes de fallecer el pasado verano. Se trata de versiones de clásicos del blues para las cuales contó con un nutrido grupo de invitados que aportan su sello particular a cada tema. Johnny se mide tanto instrumental como vocalmente a figuras como Ben Harper, Billy Gibbons, Dr. John o el mismísimo Eric Clapton. Hay blues puro, incluso acústico, y rock´n´roll como la gran "Long Tall Sally" junto a otro lisiado de lujo, Leslie West. Encontramos a Joe Perry de Aerosmith, a Brian Setzer dando su peculiar toque rockabilly a "Okie Dokie Stomp" y al inefable Joe Bonamassa en (lo siento) lo mejor del disco, sus duelos incendiarios con el abuelo.
Pero no solo los ilustres hacen subir las pulsaciones, "Killing Floor" junto a su mano derecha estos últimos años, Paul Nelson, es otro momento impagable, y "Death Letter" con Johnny a pelo con su acústica slide, otro. Una gran despedida, sí señor. Adiós, maestro. 
 
 
 
 
 
 
THE BAD PLUS     "Inevitable Western"   2014
 
Descubrí a esta banda en 2003 cuando los vi en directo en un ciclo de jazz de mi ciudad. Me llamó poderosamente la atención su trasgresora propuesta, mezclando el jazz más puro y tradicional con la locura y anarquía del free-jazz. Desde entonces he seguido atento sus pasos discográficos porque siempre sorprenden. Su manera de entender la melodía es muy particular.
La curiosidad de cada álbum solían ser la versiones de temas de rock y pop pasadas por su filtro. Chocaba, y mucho, escuchar temas de Nirvana, Black Sabbath, Rush, David Bowie, Pink Floyd, Yes, Heart o Queen en formato jazz por un trío de batería, contrabajo y piano. Sin guitarras ni voces.
En sus últimos trabajos han abandonado esta práctica (aunque recientemente "re-inventaron" Las Cuatro Estaciones de Vivaldi), decantándose solo por material original. Lo echamos de menos, la verdad, pero aun así "Inevitable Western" está a la altura de cualquiera de sus obras pretéritas y merece unas cuantas escuchas. Diferente.
 
 




ANUBIS    "Hitchhiking To Byzantium"    2014

Banda australiana especializada en discos conceptuales. Este es su tercero. Practican un rock progresivo puro con sonido actual en consonancia con colegas como Anathema, Airbag o Flamborough Head. Pero como todo hijo de vecino maman de los clásicos, y en este caso es Pink Floyd la influencia más evidente y palpable.
Temas de largo minutaje pero bien estructurados, melodías cadenciosas y ondulantes. Base rítmica como columna vertebral sobre la que se despliegan ricos y abundantes teclados, guitarras que afilan el sonido y voces lánguidas y sugerentes. Puntualmente aparecen flautas y saxos pero en pequeña medida. Un  disco muy correcto y que agradará a los seguidores de las bandas mencionadas.






BERNIE MARSDEN       "Shine"        2014

Regreso a la actualidad de este viejo guerrero. Sobra decir que fue uno de los pilares fundamentales del éxito de los primeros Whitesnake, pero su bagaje no se queda solo en eso, bandas como Wild Turkey, Babe Ruth o Alaska tuvieron el privilegio de contar con su talento, al que no han sido ajeno muchos otros músicos que han contado con él para trabajos puntuales (Ashton & Lord, por ejemplo).
Además cuenta con una no muy prolífica carrera en solitario de la que aquí traemos el último capítulo. "Shine" es un álbum exquisito, con  sabor a rock clásico del bueno, de calidad. Sin muchas expectativas comerciales, únicamente hecho para agradar y agradarse. Ha contado con una banda de escándalo que incluye a Don Airey a los teclados e Ian Paice a la batería. Además se ha agenciado alguna colaboración de relumbrón, como la del propio David Coverdale en la remozada "Trouble", cantando mucho mejor que en los últimos discos de la serpiente blanca (forzado).
Joe Bonamassa no podía faltar, aquí lo hace en la purpleriana "Shine", y el harmonicista de Nine Below Zero, Mark Feltham, pone su toque  a la bluesera "Ladyfriend". El blues, por cierto, tiene bastante presencia; "Bad Blood" o "Hoxie Rollin´Time", así como "Linin´Track", tema que Aerosmith garbaran bajo el título de "Hangman Jury".
Los recuerdos de aquella añorada primera encarnación de Whitesnake son muy bien recibidos. La propia "Ladyfriend" tiene ese sabor, lo mismo que "You Better Run". Hay hard-boogie a lo Z Z Top en "Kinda Wish She Would" y hasta AOR con melodías pop en "Walk Away". A destacar también las apariciones del batería de Jeff Beck Jimmy Copley y del vocalista Cherry Lee Mewis. Evidentemente lo que más resalta es la guitarra de Bernie, aunque sin acaparar un excesivo protagonismo. Siempre muy al servicio de la canción. Se me olvidaba otro "highlight", nada menos que "Dragonfly" de Fleetwood Mac.
Grabado en Abbey Road, producido por Rob Kass y editado con Mascot Records. Entrañable.






STONE MACHINE      "Rock`n`roll Ain`t Dead"     2014

¡Pues claro que no!. Y con bandas como Stone Machine le queda mucho para ello. Estos chicos de West Virginia acarrean ya su tercer trabajo inmersos en un classic-hard-rock de base blues. Comandados por un increíble vocalista de la escuela Paul Rodgers y de nombre Jason Mays y por en incendiario guitarrista que ha estudiado a fondo a Joe Perry o Ronnie Montrose, apelado Dirk Blevins y que además toca el bajo. El tercero en discordia sería un batería alumno aventajado de John Bonham y que responde como Jeremy Hall. Gran rock de la vieja escuela con un frecuente background sureño. Quiero recordar que en los noventa algunas grandes bandas se quemaron practicando este atemporal estilo. Recuerdo a Cry Wolf o Mother Station, por ejemplo. Pero no seamos agoreros, hoy por hoy puede ser (y de hecho es) perfectamente válido, y ahí tenemos el ejemplo de The Answer con quienes formarían un cartel diabólico.
"Southern Outlaw" lleva esa onda clara de Free o Whitesnake. "Mr. Blues" es su "Simple Man" particular. Y "Angels And Devils" evoca al cuervo negro de los hermanos Robinson.
Lo que menos me ha gustado ha sido el excesivo acercamiento a Zeppelin en un par de temas. Tanto "Sky´s Gonna Cry" como sobre todo "Sugar Mama" adolecen de personalidad, pero esquivando esto (que tratándose ya de un tercer disco deberían haber pulido), "Rock`n`roll Ain`t Dead" es un delicioso álbum, excelentemente producido además, que te devolverá la esperanza de que los viejos tiempos van a volver. Que así sea!.






FLYING COLORS     "Second Nature"      2014

Cuando escuché por primera vez "Open Up Your Eyes", tema de apertura, me temí lo peor. No porque el tema sea malo, ni mucho menos (¡es un temazo!), pero seguía unos patrones tan evidentes de Transatlantic o la Neal Morse Band, que tuve miedo de que Flying Colors hubiera perdido ese encanto del primer disco que lo hacía diferente a todo lo demás. Afortunadamente solo fue una falsa alarma, ya que "Second Nature" es superior incluso a su debut. Todo lo bueno que tenía aquel se multiplica por dos. La sabia mezcla de progresivo, rock y pop, alcanza unos niveles difíciles de alcanzar. Y lo mejor es que tampoco necesitan rizar el rizo ni perderse en complejísimas composiciones. Los temas entran a la primera con una suavidad como mantequilla. Una canción tan simple como "Lost Without You", por ejemplo, es tan sutil como adictiva. Las melodías vocales juegan un importantísimo papel en toda la obra, no solo las del enorme Casey McPherson, que lo borda, sino también a nivel de coros trabajadísimos y hasta con connotaciones góspel puntualmente.
Evidentemente la labor instrumental es de quitarse el sombrero pero, ¿en que trabajo en el que participen Portnoy o los dos Morse no lo es?. Particularmente me alegro de que Steve despunte pues considero que en Purple está perdiendo el tiempo.
Todo el disco es muy destacable; si te van las baladas sentidas y con alma, "Peaceful Harbor" te pondrá la piel de gallina. Si quieres rock más directo, la riffera "Bombs Away" con sus aires purplerianos te encantará. Hay aires ochenteros en "A Place In Your World" y folkies y celtas en la maravillosa "One Last Forever". "Mask Machine" me recuerda el prog-pop comercial de unos Muse, pasado por el tamiz de unos músicos tan geniales como estos. Y para los más puristas de progresivo, aparte de la mencionada al principio está "Cosmic Symphony", dividida en tres actos. El primero de ellos vuelve a traer efluvios de Muse, sobre todo en la voz con falsete de McPherson.  Dave LaRue encuentra su momento de gloria con unos buenos fraseos al bajo freatless. También hay ligeros devaneos jazzies. La segunda lleva una onda The Flower Kings clásicos y el final es una coda de nuevo con los coros góspel en todo lo alto.
Rematado con una impoluta producción y una sencilla pero elegante portada a cargo del mítico Hugh Syme, "Second Nature" se postula como un serio candidato a disco del año.






HELIX     "Bastards Of The Blues"     2014

Si en la categoría oro estarían Scorpions, Kiss, Rainbow o Def Leppard, y en la plata Foreigner, Y & T o Triumph, en la bronce encontraríamos bandas como Nazareth, Krokus o Helix. Nunca tuvieron ventas multitudinarias, pero siguen aguantando el tipo. Los canadienses son el paradigma de la resistencia, siempre dándonos lo mejor de sí. Son casi 40 años de carrera, de hard-rock de raíz blues. Clásico, lo llaman ahora.
Con un título tan explícito, su decimotercer álbum es otra ración de lo mejor del estilo. Perfectamente ejecutado, pulcramente producido y si quieres cargado de clichés, pero enormemente resultón. Grandes canciones rock como la que da nombre al disco, en la cual colabora en coros su paisana Cheryl Lescom. Un tema como "Even Jesus" deja patente de dónde han mamado, entre otros, grupos como Gotthard. En otras se acercan al AOR, como en "Winning Is The Best Revenge" y tampoco falta la balada heavy típica, aquí de nombre "When All The Love Is Gone", interpretada por el bajista Daryl Gray, sin que ello quiera significar que Brian Vollmer haya perdido un ápice de su potencia vocal.
Incluye dos temas que ya aparecieron en el Ep de 2011 "Skin In The Grave". Cuarenta tacos y en la brecha.


 

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